• De niño se egresó de la Escuela La Palma, San Ramón
  • Su testimonio nos confirma que el querer, es poder

Reflexión de la “Niña Marielos”

Ayer 23 de abril, día del libro, quise abrir una página pero, en la historia. En mi primer año de trabajo en la escuela La Palma, uno de los grupos que atendí fue quinto; en ese grupo había un niño moreno, alto, delgado, de cabello rizado muy negro, que tenía dificultades de aprendizaje y con adecuación curricular significativa. 

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Sus compañeros lo molestaban mucho, casi siempre le decían «Manguera de Bombero»; a este chico no le gustaba jugar fútbol, pero sí le encantaba cocinar, barrer, limpiar etc. Con muchos problemas en su hogar, carente de afectos, este chico logró egresar de sexto grado, con un sueño en su mente y una gran mochila de «usted no puede». Ingresó al Colegio Técnico de Piedades Sur. Estando ahí, un día se escapó de clase sin que nadie se enterara; al ser las 12:00 md, tocó al portón de la escuela y pidió hablar con la niña Marielos, del otro lado del portón, solo escuché: «niña me voy a suicidar»…

Después de esa tarde, se dieron una serie de situaciones muy difíciles para él, pero nunca se rindió y más bien cada vez era más fuerte. Años después, ya en las aulas del Instituto Julio Acosta, este joven se volvió un activista, participando de varios movimientos estudiantiles e inició su sueño de ser periodista, mientras mil voces seguían gritándole «usted no puede». Con muchos obstáculos vencidos, se egresó de bachiller y despegó hacia su sueño de ser periodista, no sin antes intentar nuevamente atentar contra su vida, pero aferrado a Dios venció otra vez a sus enemigos.

Una y otra vez derrotando gigantes, derribando obstáculos, pero aferrado a su fe y sin dejar su sueño, ingresó a la carrera de periodismo. Con mucho esfuerzo logró colarse por los pasillos de Repretel, Teletica y El Sol de Occidente, entre otros, dando sus primeros pasos como periodista. Ayer, 23 de abril, día del libro, después de años de lucha, ese mismo chiquillo moreno llegó al portón de la escuela pero ahora convertido en un joven lleno de vitalidad y con una gran sonrisa en su rostro a decirme: «Niña, me gradúo como bachiller en periodismo».

Mi corazón se llenó de alegría al saber que querer es poder y que no hay obstáculo que con fe, perseverancia y determinación no sean invencibles. 

Hoy solo puedo decirte:

GRANDE JONATHAN MI CARIÑO Y ADMIRACIÓN POR SIEMPRE. DIOS TE BENDIGA. 

Con mucho cariño: tu Niña Marielos

 

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