El Tribunal Supremo de Elecciones -TSE- anunció formalmente hace pocos días, el inicio de un nuevo proceso electoral que culminará el domingo 6 de febrero del 2022. Están convocados a ejercer el sagrado derecho al sufragio, 3.438.159 electores, para designar a las 60 nuevas autoridades del país, que van a dirigir el país a partir de mayo 2022 hasta el 2026.
Además de la escogencia de quien estará al frente de la Presidencia de la República, – junto con las dos vicepresidencias,- los votantes escogerán a los 57 diputados por cada una de las siete provincias.
Llama la atención que, a pesar de lo que señalan mayoritariamente distintos estudios de opinión hasta desde la misma academia, en el sentido de que no desean nada con los partidos políticos, ni con los políticos y por ende, tampoco nada con la política, para este nuevo proceso, se han escrito formalmente 38 agrupaciones políticas, tanto del ámbito nacional como provincial. Solo para la presidencia, el electorado dispone de 26 aspirantes, cifra histórica que permite contar con representantes de todo el espectro ideológico, de ambos géneros, candidatos desde relativamente jóvenes, hasta más experimentados y repitentes en estas lides.
Este contraste entre lo que se rescataba de distintas encuestas junto con la amplia oferta electoral, debe permitirnos reflexionar sobre otros distintos aspectos. Por un lado, el costarricense reafirma y sigue defendiendo a nuestro régimen democrático, sus valores y principios, aún con sus imperfecciones, y ya aproximadamente el 70% del padrón, indica que si se presentarán a las urnas. Cuando observamos en naciones cercanas donde no se permite la libre elección de gobernantes, Costa Rica logra esta cifra sin precedentes de ofrecer a los electores, casi 30 hombres y mujeres, deseosos de liderar a nuestro país por los próximos cuatro años.
Ahora corresponde el desafío cívico de informarse, investigar, escuchar a cada uno de los candidatos, para conocer el alcance y el sentido de oportunidad y conveniencia de sus propuestas de política pública; esto es posible desde la misma página web del TSE, en los sitios de cada partido y hasta en sus redes sociales. Por supuesto que aún con la eliminación de muchas restricciones de la pandemia, se le dificultará a los partidos políticos ese contacto necesario con la ciudadanía, y muchos entonces intentarán apoyarse en las plataformas tecnológicas.
Por conclusiones recientes de distintos estudios de entidades debidamente registradas ante el Tribunal, todo hace indicar que podamos ir nuevamente a una segunda ronda en abril, tal y como ha sucedido en otros tres procesos anteriores. De resultar esto así, solo irán por esa opción de triunfo definitivo, los dos partidos con mayor votación ese primer domingo de febrero. Los jóvenes con edades entre 18 y 30 años, conforman el mayor segmento de electores, y sobre ellos, depende en gran medida la escogencia de las nuevas autoridades que estarán al frente del Poder Ejecutivo y Legislativo.
Sigamos entre todos fortaleciendo a nuestra más que centenaria democracia, como lo hicieron también más de 7.000 costarricenses aquella noche del 7 de noviembre de 1889.
