JORDI PIÑOL AGUILÁ –
DESDE ESPAÑA PARA HOY EN POSITIVO
Conocí a Carlos, nunca hablaba mal de nadie. Siempre encontraba algo bueno en los demás, aún en la peor de las personas. Un día falleció un conocido que parecía almacenar en si todas las miserias humanas: era ladrón, borracho, peleón, se enfrentaba a gritos, y a veces a puñetazos, a su familia, a sus amigos, a sus vecinos…
Estando en el velatorio, Carlos llegó a la sala donde estaba el difunto. Permaneció un largo rato en silencio junto al féretro. Enseguida pensé: “Voy a preguntarle, no creo que podrá decir nada bueno de este”. Ante la pregunta se quedó callado un rato.
Pero al fin habló:
“¡Lástima! ¡Sabía silbar tan bien! Me encantaba escucharle cuando me encontraba con él”.
Y es que no hay nadie tan desgraciado que no tenga algo bueno. Es simplemente cuestión de saber verlo. Pero lo que vemos, no lo olvides, depende de cómo miramos. Cuando se mira con ojos críticos y despiadados con afán de buscar defectos, se encuentran. Cuando se mira con amor se ve lo que hay de bueno.
¿Qué ves en la gente que te rodea? La respuesta te enseñará a descubrir cómo miras.
Reflexión robada a mi amigo: CARLOS ANDREU.