Emmanuel Miranda Pérez – Periodista
Exactamente en un año, los costarricenses estaremos eligiendo al sucesor de Carlos Alvarado en la presidencia de la República. Este será el presidente número 49 de la vida independiente de nuestro país; también se renovarán las 57 curules de nuestra Asamblea Legislativa.
Ante un panorama sombrío, son muchos los retos que enfrentará el próximo gobierno y para los partidos políticos que integren la Asamblea Legislativa. Por un lado deberán recobrar la confianza de los ciudadanos en la clase política de nuestro país, pero también, enfrentar una economía deprimida, además de la reconstrucción del tejido económico, social y de salud pública en la era post pandemia.
Sin duda el Covid 19 cambió por completo la forma en la que vivimos. La pandemia destruyó no solo la salud de Costa Rica, sino que acabó con muchos negocios y empleos. Se cuentan por miles las personas que terminaron perdiendo su trabajo producto de las restricciones para vencer al Covid 19.
Pero lo peor del Covid es que afectó la confianza y tranquilidad del país; pasarán años para que el país pueda recuperarse por completo, sin embargo, el próximo gobierno deberá aportar e innovar en formulación de políticas públicas, para dejar atrás esta etapa que nos ha puesto a prueba a todos en todo.
Una campaña de altura
Cada cuatro años el país cita a los ciudadanos para debatir sobre el modelo de país que necesita. Ya se ha visto en las últimas elecciones, nos hemos topado con todo menos de debate. Las discusiones de los partidos políticos se convierten en ataque personales de un grupo a otro.
Este tipo de campaña ha reducido la calidad del debate político en el país, si la forma de debate no cambia, nuestra democracia puede verse debilitada. Pero ¿Quiénes son los responsables de este cambio?
Sin duda los partidos políticos son los principales responsables de mejorar el debate electoral, pero también los medios de comunicación deben aportar para que el debate de ideas se haga de la forma más respetuosa posible. Los ciudadanos no estamos ajemos al problema, debemos reconocer al derecho del otro de pensar diferente.
Como costarricenses debemos avanzar en buscar soluciones novedosas para los viejos problemas y sostener la calidad de nuestra democracia que es un orgullo nacional, todo en el marco de la celebración de los primeros 200 años de vida independiente.
